Este dÃa, recordamos que MarÃa es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de MarÃa estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado.
Nos unimos todos en la siguiente Oración:
Oh Señora mÃa! ¡Oh Madre mÃa! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este dÃa, mis ojos, mis oÃdos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.